El día de la marmota.
El tiempo.
Todos tenemos el mismo, pero no todos los aprovechamos igual.
¿Se puede comprar tiempo?
Una vez un cliente con el que hemos hecho varias gestiones nos dio una lección que seguro ya has escuchado.
La persona era normal, como podemos ser tú y yo.
Un trabajo de 9 a 17.
Un coche.
Una casa con hipoteca.
El arquetipo de persona normal, nada extraño.
A esta persona le teníamos cariño, le habíamos asesorado en varias operaciones complicadas.
Y él nos lo tenía a nosotros.
Porque cuando ayudas a alguien a ser feliz, la relación se mantiene.
Nos estuvo explicando que hace años se cansó de la carrera de la rata.
Trabajar-Gastar-Trabajar.
Trabajo-Casa-Trabajo.
Un par de días libres.
Otra vez lo mismo… y así hasta el infinito.
No tenía forma de salir del bucle.
Tampoco tenía un plan para tener más tiempo. Porque al final lo único que quería era más tiempo.
Para estar con su familia.
Para hacer deporte.
Incluso para formarse en cosas que le interesaban y en las que nunca había podido hacerlo.
Hasta que decidió comprar su primer inmueble como inversión.
Al tiempo de buscar, encontró un pequeño inmueble que renovó y alquiló.
Te mentiría si te dijese que fue fácil para él.
Pero después de hacer la primera operación, se dio cuenta de que cada mes iba generando dinero.
Decidió ahorrar poco a poco esos pequeños ingresos extra junto a parte del sueldo familiar para volver a replicar la operación.
Y le volvió a salir bien.
Imagino que como te dije al principio esta historia la habrás escuchado decenas de veces.
O incluso centenas.
Vivimos en un país con gran tradición a invertir en el sector inmobiliario.
Y es normal.
Gracias al poder de la deuda buena y a hacer las cosas bien, puedes ir poco a poco generando ingresos.
No pasivos, eso es mentira.
Pero sí semi-pasivos.
Ingresos que te permiten poco a poco ir creando una hucha.
Una hucha que te permite tener más tiempo para ti.
A día de hoy sigue en su puesto de trabajo, pero de forma diferente.
Si todo va mal, tiene unos ingresos por alquileres que mantendrían a su familia durante más de 1 año.
Y cada mes, ese fondo va creciendo.
Aspirar a jubilarte a los 35 con rentas es ilusorio, pero conseguir unos ingresos extra para vivir mejor es posible.
En el AntiMaster Inmobiliario aprenderás lo segundo.
Aquí no te vas a jubilar en 1 año con 10 pisos a tu nombre.
No.
Aquí te enseñamos un método para ser más libre.
Además, mientras aprendes el método y te lanzas al mercado, te acompañamos para que no te equivoques.
Para que sepas diferenciar una oportunidad de un problema.
Para que conozcas aquellos detalles que te pueden hacer ahorrar dinero o perderlo.
Para que sepas descubrir el precio mas bajo que un vendedor está dispuesto a aceptar.
Porque aprendiendo a comprar mejor y mas barato que los demás jugarás con ventaja al juego de la vida..
Dejarás a un lado ese ciclo destructivo.
Tendrás tiempo para ti, tus aficiones y tu gente.
Podrás permitirte cosas que antes solo te imaginabas.
Te sentirás mejor. En un nivel superior.
Y todo gracias a la inversión inmobiliaria.
PD. Solo hemos sacado 100 plazas. Quedan 13.